12 creencias en 12 días I: La Vida está para buscar la Felicidad

Esta es una serie sobre cómo ciertas creencias propias (y que quizá algunos compartan) afectan diferentes entornos de la vida personal y profesional.

No soy feliz, me siento alegre / Tengo luz del sol en una bolsa / Soy inservible, pero no por mucho /El futuro viene en camino

La Felicidad como concepto, con inicial mayúscula, siempre se debe observar sabiendo que trae truco. Es un ideal, nunca una realidad, o por lo menos nunca una realidad absoluta y perenne. Esto le da al mismo tiempo un lugar en lo más alto de lo que como humanos podemos concebir como valor, y una utilidad práctica tan cotidiana que la explotamos a diario sin a veces darnos cuenta.

Las personas, como las empresas, tienen una misión para su existencia. Esto es, un objetivo, una búsqueda que determina por qué tendrían que acoger cada día una existencia complicada, llena de carencias y problemas. Hay tantas misiones como personas en el mundo, las que se fueron y las que quedan por nacer. Y si bien toda misión viene acompañada de una visión, una proyección de nosotros mismos en un futuro, en ningún momento esa visión implica el agotamiento de nuestra búsqueda. La misión es indispensable para que cada día valga la pena, sin importar qué tan realizados podemos creer que estamos.

Por ello considero que el sentido de la Vida no es alcanzar la Felicidad. Los millonarios no ascienden al cielo cuando alcanzan los 6 ceros en su cuenta bancaria ni los billonarios a los 9 ceros (en la acepción anglosajona que usamos para referinos a Bezos, Musk o Zuckerberg). Las metas son importantes, las cantidades, los hitos y los logros son importantes. Pero nunca van a ser el final del camino, porque el espíritu humano va a seguir buscando esa siguiente cumbre que conquistar. Y está bien, es natural, y depende de cada uno cómo evaluamos nuestros éxitos y nuestro camino.

Como dice Damon Albarn a través de 2-D en el video que acompaña el inicio esta nota, una cosa es ser feliz y otro estar alegre. Glad en inglés se refiere a quien experimenta placer, alegría o deleite. Es la satisfacción física o mental de experimentar algo que nos agrada. Una vida bien llevada, al menos en el escenario que estoy tratando de armar, debe tener un objetivo tan alto e inalcanzable como la felicidad misma, un norte que te diga cuál es el próximo paso. Y sumado a ello, debe permitirte disfrutar cada paso en esa dirección, ya sea que sustentes tu tesis doctoral, llegues al millón de dólares, tengas esa casa, asciendas a determinado puesto, termines esa maratón o simplemente te encuentres jubilado de un momento a otro.

Al fin y al cabo, como dijeron los Monty Python en la voz de Eric Idle, El mismo Universo no deja de expandirse / en todas las direcciones se propaga. Cada uno de nosotros sigue siendo parte de esa expansión, hacia el infinito, con nuestras infinitas probabilidades y nuestros caminos únicos y personales. Formamos pequeños actos de un espectáculo que se sigue renovando después de 13.700 millones de años y algo más. Lo menos que podemos hacer es disfrutar la historia, admirar el paisaje y llegar con buenos recuerdos al destino.

Monty Python’s The Meaning of Life (1983)